Probablemente es la época del año que Cupido tiene más trabajo.
Los amores de verano son tan cortos como intensos y sin ellos las vacaciones no serían lo mismo. Saben a aventura, a playa, a tardes con los amigos. Son tan refrescantes como nuestros helados y forman parte de los recuerdos más alegres de las personas.
Un capricho que solo se compara con los sabores de temporada: nunca se sabe hasta cuándo durarán, pero se disfrutan al máximo. ¿Recuerdas alguno?